Palabras bailando que ordenadas como una coreografía componen los textos que leemos.
Me gusta escribir, me parece un juego, algo así como componer música pero en vez de usar notas se usan las palabras. Y me gustan especialmente los cuentos que con su simpleza son capaces de transmitirnos ideas, imágenes o sentimientos simples por naturaleza pero profundos gracias a su humildad y a esa simpleza.
Normalmente siempre ando a la caza de recursos que me ayuden a enriquecer mis clases, a veces son técnicos pero muchas veces son creativos. En esto estaba, buscando recursos para las clases de Open Floor infantil cuando me encontré un librito maravilloso “Gramática de la fantasía. Introducción al arte de contar historias” de Gianni Rodari. En este libro encontré algunas técnicas para aprender a inventar historias y os comparto el inicio de una de mis historias nunca desarrollada.
Todo parecía diferente, de hecho todo sería diferente en adelante, su gran amigo, el que la acompañó desde aquel lejano día de su llegada, ya no estaba, había abandonado su jardín. Ni tan siquiera quedaba el hueco normal que deberían haber dejado sus raíces al mudarse…
¿Y si la que no estaba era ella? ¿Y si fuera Emilia la que había perdido su sitio en el jardín? ¿Y si nunca lo hubiera tenido?...
Este es el principio, la primera bocanada de una historia aún por contar. Te invito a continuarla, a imaginar donde está Emilia, quién se fue, a donde o por qué, si algún dia se vuelvan a encontrar. Si es el inicio de un viaje, un sueño o la historia de una historia.
Si lo deseas puedes mandarme tus posibles desenlaces y los publicaré a continuación para compartirlo con todo el que desee seguir con la historia de Emilia y el Árbol.
Podéis escribir a Danzan-do