Florencio Campo reflexiona sobre lo que es el arte de coreografiar.
Coreografiar es, atendiendo a la etimología de la palabra, escribir una partitura para el movimiento.
“es un dispositivo de organización de elementos en el espacio físico, sonoro y mental, en cierto modo”
Un coreógrafo, por tanto, es el encargado de diseñar dicha partitura. Y ser coreógrafo es un oficio.
Las nuevas tecnologías y las nuevas maneras de armar los diferentes discursos hacen que las fronteras se difuminen y que un coreógrafo necesite otros territorios por los que transitar.
Hay coreografía en la pelea de una película, en el deporte, en un espectáculo de luces, en las migraciones de la población alrededor del mundo, en un desfile militar, en el vuelo de un grupo de golondrinas, en un sketch de Charlot... y por supuesto, en el baile.