Silencioso corazón

Hace mucho que estoy pensando en sentarme a escribir, continuar con esta costumbre de compartirme que realmente me gusta y disfruto pero la verdad hasta hoy no he sentido nada que decir.
Desde el verano apunto en mi libreta  cosas que me gustan y pienso - ¡Ah! 

esto es algo que merece la pena compartirse, como un delicioso concierto  de Boccherini que disfruté dentro del marco del Festival Internacional de verano donde me di cuenta de porqué me gusta tanto la música barroca que me parece me lleva de la mano por un camino fácil y conocido donde la repetición contante de frases musicales me tranquiliza el espíritu -si hace mucho que pienso en compartir.- O la fantástica exposición de Carsten Höller que me encantó con su interactividad y su desafiar mis sentidos, mi verticalidad y sacándome de lo conocido para llevarme a nuevos paisajes kinestésico.. En fin cosas maravillosas pero que están más en mi cabeza que en mi corazón.
Durante todo este tiempo mi corazón ha permanecido silencioso, sin querer mostrarse, muchas veces ni tan siquiera ante mi. Y esto me ha llevado a reflexionar lo que realmente tiene valor para mi, lo que vale la pena compartir.
Inmersa en el mundo en el que vivo me lleno de información, devoro información. Al principio pensaba que como los temas sobre los que me informaba eran tan interesantes, tan apasionantes esto era parte de mi camino de crecimiento y bienestar, pero llegado a un punto me sentí empachada, atiborrada de información como una oca a la que atiborran para hacer Foi. No digiero, no degusto, trago y trago y llego a un punto en el que añoro el tiempo de mis antepasados en el que tener un libro era tener un tesoro, en el que encontrar un músico era todo un evento y nos sentábamos a escuchar su música o a bailar con ella y luego durante días seguíamos tarareando esa canción y deseando volver a encontrarnos con otro músico. Esto no quiere decir que no aprecie la facilidad que tengo para acceder a los libros más interesantes y mediante ellos a conocimientos que en otra época no muy lejana no hubiera ni tan siquiera imaginado poder acceder o poder contar con gran cantidad de música maravillosa del mundo y disfrutarla en cualquier momento. Siento un gran agradecimiento por haber nacido en esta época en la que hay tantas posibilidades pero también siento que es fácil dejar de degustar para engullir.
Quiero vivir despacio, no decir lo que sé sino lo que siento;  quiero aprender de acuerdo a su significado etimológico Del latín apprehendĕre, a su vez de ad ("a") y prehendĕre ("percibir, asir, agarrar")
tener sensación de tiempo y conformarme con lo que tengo para realmente poder disfrutarlo. Estar abierta a lo que llega nuevo pero no ansiosa por ser sorprendida o estar a la última. Es por esto que no encontraba sentido en compartir en este espacio pues estaba presente el sentimiento de vivir atiborrados y mi corazón ante esto se silencia.

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